martes, 8 de febrero de 2011

¿Qué se ama cuando se ama?

ATARDECER EN VILLA ALEMANA, PROVINCIA DE QUILLOTA.

Un contemporáneo juglar del amor (Ricardo Montaner), escribió en una de sus canciones: Tengo que reconocer que me sorprendió el amor. Me enamoré de sed y tú eres el agua. Una frase hermosa, que exorciza el desamor y que es válida para la pareja de pololos, para los novios, los amantes o para los esposos, porque habla de las personas, de por qué las queremos o amamos y fundamentalmente, qué es lo que representan para nosotros: ¿Pasión? ¿Refugio? ¿Seguridad? ¿Compañía?, etc.

Nuestras Historias de Amor:

¿QUÉ SE AMA CUANDO SE AMA?


Por: Atricio Milla Mardones

¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?


¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?


Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.


¿Qué se ama cuando se ama? Esta sugerente pregunta (que es la fuente de inspiración del espíritu poético del galardonado escritor chileno Gonzalo Rojas) contiene, en sí misma, todas las cuestiones básicas de la vida humana en pareja. Un tema analizado también por el psicólogo social Eric Berne, para quien, todos los seres humanos, cuando se relacionan con otra persona, se comportan y actúan de cierta manera.

Según escribe Berne, tal como en una obra teatral o libreto cinematográfico, al interactuar con otra persona, cada uno asume un rol, según el ‘guión’ previamente escrito en nuestro inconsciente, en donde se construye, por cierto, un ideal de pareja amorosa, formado a partir de las experiencias emocionales que se forjaron en la infancia con la influencia del ambiente familiar y luego, con la propia experiencia personal. En resumen, Berne nos pregunta: ¿En quién nos transformamos cuando estamos con otra persona?

Por éste motivo, quiero invitarlos a reflexionar sobre nuestras historias de amor. Porque, ¿Hay alguien que no haya vivido alguna vez una historia de amor? No me refiero a un simple enamoramiento, sino un verdadero amor, de esos que dejan una señal imborrable en la existencia. Lo más probable es que su respuesta sea sí y que su “historia de amor” se incluya dentro de algún modelo de los que se han repetido a lo largo de la Historia de la Humanidad.

Uno de esos modelos, ha arrancado lágrimas y aplausos a innumerables plateas desde hace más de 400 años, cuando W. Shakespeare lo inmortalizó en el drama Romeo y Julieta. La historia del amor prohibido, donde los amantes se enfrentan a un destino más fuerte que su pasión.

Otro modelo, el del "triángulo amoroso", lo evocan antiguas leyendas, como la de Helena y Paris, en la Guerra de Troya. Es obvio que no me refiero aquí a una aventura extramarital o a un desenfreno psicosexual sin trascendencia. Hablo de un triángulo que hace que los amantes transiten por la frontera misma de la infidelidad, la pasión y la lealtad con las vidas paralelas que se llevan. Una tensión psicológica desgarradora por el sentimiento de culpa en los amantes.

Modelos más dulzones están explicitados en cuentos populares como la Cenicienta o en Shrek. Historias que hablan del amor "a primera vista", de la irracional idea de que a quien se acaba de conocer se ha esperado toda la vida y del sentido mesiánico del “Príncipe Azul”. Historias de amor romántico que se refuerzan, día a día, en el inconsciente colectivo gracias a las canciones, películas, teleseries y últimamente, como consecuencia de las relaciones amorosas virtuales, vía Internet.

Sin embargo, no puedo dejar de mencionar el amor desintegrado y violento. La violencia de género y la agresión física, psicológica, económica y sexual en contra de la mujer. Es un tema sensible a nuestra sociedad porque, efectivamente, se comprueba a diario que el único antídoto para el desamor, es el amor.

Por cierto, entre tantos otros modelos está el amor triunfante, aquel que logra sobreponerse a las dificultades de la vida cotidiana. Es el amor con "final feliz", el cual quisiéramos siempre lograr. Por ello nunca está demás reflexionar sobre nuestra vida amorosa con libreta o sin libreta y preguntarnos, seriamente: ¿Qué se ama cuando se ama?


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